Bom amigo - El Proyecto tiene como objetivo integrar y ayudar en el descubrimiento de una nueva cultura, lo que permite una nueva visión del mundo a través de actividades dinámicas.

Me llamo Jorge Federico Caro, tengo 24 años y actualmente soy estudiante de Ingeniería Civil en la Universidad Católica de Salta. Hace varios años que estaba interesado en los beneficios personales y profesionales que podía obtener al vivir un ambiente multicultural. No así en cuestiones sociales, que comencé a tenerlas en cuenta desde que comencé mi carrera universitaria. Es por todo esto que, cuando AIESEC me propuso cambiar mi vida a través de un intercambio cultural y social, me entusiasmé e hice lo posible por concretarlo.

A la hora de buscar una práctica de voluntariado en el exterior perfecta para mí, decidí desafiarme y asumir responsabilidades que me obliguen a desenvolverme en lugares en los que jamás podría haber imaginado anteriormente. Tanto es así que encontré una práctica en la ciudad de Santos, en el estado de San Pablo en Brasil. La misma consistía en interactuar con adultos mayores internados en un hogar de ancianos; muchos de los cuales no recibían visitas ni contaban con actividades durante el día que puedan ayudar a mantener despiertas ciertas capacidades que con la edad, todo el mundo va perdiendo poco a poco.

El día de mi viaje, por cuestiones económicas fue el 24 de Diciembre de 2013, en vísperas de navidad. Lo cual fue un poco loco de mi parte, el llegar a las 20 hs, hora brasilera, para pasar navidad con gente totalmente desconocida, en el seno de una familia que me acogió desde un primer momento como si fuese un integrante más. Comencé a vivir entonces mi gran experiencia y mi gran sueño. Estar viviendo en otro país en donde no se habla el castellano, pasar navidad, año nuevo y en total 7 semanas en Brasil, lejos de cualquier cosa antes conocida por mí.

La práctica personalmente fue muy gratificante y enriquecedora por el hecho de que tuve que idear actividades, estrategias y nuevas propuestas para ser implementadas directamente sobre personas que necesitaban mucho amor. El poder escuchar, proponer ideas, jugar, ser el líder de las tardes de estas personas, me hizo encariñarme con todos y cada uno de mis 20 abuelos y abuelas nuevos que gané. Profesionalmente no fue muy productiva por lo que no tiene relación con mi carrera este tipo de práctica. Pero la cantidad de contactos que pude hacer en Brasil con jóvenes universitarios, estudiantes de una amplia variedad de carreras, entre las cuales hay gente que estudia lo mismo que yo, son personas con las que no corto el vínculo hasta el día de hoy y hasta tengo ofertas tanto laborales como de estudios de perfeccionamiento para un futuro.

La verdad es que AIESEC me ayudó a abrir la cabeza; a pensar que el mundo no es tan diferente a como lo vivimos aquí, y que si yo quiero, puedo actuar para aportar mi granito de arena y que esa diferencia se note el día de mañana en mis círculos más cercanos y el día de mañana, por qué no, en todo el globo. Esta asociación también me brindó la posibilidad de ver con mis propios ojos realidades semejantes y totalmente diferentes a las que estaba acostumbrado a ver. Tal es así que día a día estoy cada vez más interesado en temas globales, sociales y culturales y sería muy bueno que muchas personas más puedan pensar de esta forma.